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domingo, 29 de marzo de 2009

Las primeras experiencias en el metro de Sevilla

Los primeros viajeros del Metro elogian la velocidad y las estaciones

Los puntos más criticados son la ausencia de aseos y papeleras, la falta de bancos en las paradas antiguas y las tarifas · Los voluntarios dan un "sobresaliente" a las instalaciones y el funcionamiento

Pesó más el entusiasmo que las críticas en los primeros 2.015 viajeros. Familias enteras con hijos pequeños, personas en silla de ruedas, jubilados, parejas y amigos de todas las edades fueron ayer los primeros en subirse a la línea 1 del Metro y recorrer las 17 estaciones desde Ciudad Expo a Condequinto que entrarán ahora en servicio, cinco días antes de su inauguración el próximo jueves 2 de abril. Por su confianza en el nuevo transporte recibieron como presente una tarjeta del Consorcio cargada con 5 euros para entrar y salir de las estaciones (no tuvieron que hacer colas para recargar en las máquinas), un llavero de goma y un paraguas verde. A cambio se les pidió que practicaran en la estación elegida con los ascensores, la compra de billetes y los tornos, pero la mayoría prefirió viajar de un lado a otro de la línea. 

La velocidad que alcanzaban los trenes (50 kilómetros por hora en los tramos rectos) sorprendió a más de uno que esperaba una lentitud comparable a la del tranvía del centro, una lógica asociación de ideas puesto que los vehículos de ambos transportes son idénticos, al menos hasta que Tussam compre los nuevos tranvías sin catenaria y prescinda de los vagones del Metro que provisionalmente tuvo que alquilar y adaptar. El Metro va lento en curvas y pendientes, así como al pasar por la estación Puerta de Jerez, aún en obras. 

"¡Parece que vamos a 2.000 por hora! Esto es una obra de arte, hay que reconocerlo", exageraba Gumersindo Valenzuela minutos después de arrancar el Metro en la estación de San Bernardo en dirección a Cocheras. En general, todos los entrevistados por este periódico coincidían en su sorpresa por la rapidez del viaje, muy superior a la del autobús y el Cercanías. "Esto no tiene comparación con el autobús. Yo lo veo casi como el AVE y sin tener los atascos de ahí arriba", declaraba Dolores, vecina de Amate y usuaria habitual de la línea 5 de Tussam, una de las más afectadas por el trazado del Metro. 

Aún fue mayor la sensación de velocidad de viaje entre los residentes del Aljarafe. "Me acabo de montar en San Juan Alto y he llegado a la estación de Sevilla de Blas Infante en un pis pas", destacaba Rosario, una vecina de San Juan decidida a dejar el autobús metropolitano para pasarse al Metro y bajar a Sevilla en pocos minutos. Lo mismo hará un amigo suyo para ver a su hija en Montequinto, un viaje para el que tenía que coger tres autobuses distintos y pagar tres veces. 

En la estación de Ciudad Expo una familia con sus dos hijos sube al tren. El marido Alberto Carlos usará la línea 1 por motivos laborales para desplarse a diario a trabajar a Nervión sin soportar los atascos de hora y media que hay a las 7:30 para llegar a Sevilla, pero critica que aún no estén listas las plazas de aparcamiento disuasorio previstas para dejar su coche junto a la primera estación de Mairena del Aljarafe. 

Otros elogios fueron a parar a la arquitectura de las estaciones, consideradas en general amplias, con acceso cómodo y luminosas, así como al sistema de las puertas de andén que evitan caídas a las vías y al nivel de ruido dentro del vehículo. "Estoy sorprendido por la estética de las estaciones: espectaculares y muy diáfanas. Me esperaba más estrechas las estaciones antiguas. Y las puertas de andén son muy interesantes y nada agobiantes", comentaba Julio César, geógrafo de profesión, que añadía como queja "el desastre" de zonas verdes en los alrededores de la estación de San Bernardo, lo vandalizables que son las cámaras de vigilancia, demasiado a la mano del usuario, y la falta de bancos para sentarse. 

El paso del tren bajo la dársena del río también llamó la atención de algunos viajeros mayores porque no se notaba lo más mínimo el cambio de cruzar bajo el agua. Entre las decenas de niños de todas las edades algunos se mostraban entusiasmados cuando el Metro emergió a la superficie desde la estación Cocheras

En el ensayo general de ayer hubo lugar para las críticas. La ausencia de papeleras, de aseos y de locales comerciales gustó muy poco a muchos, al igual que el precio de las tarifas, que cueste más según los tramos de la línea que se recorran y que no haya descuentos en el transbordo con Cercanías. "Es caro el billete. Hay que conseguir una tarjeta que sirva para todo sin tramos ni saltos y que te permita montarte cuantas veces quieras en todos los transportes. Para ser útil, el Metro tiene que ser económico", lamentaba Esperanza, profesora de Secundaria y vecina de Dos Hermanas. "Lo veo muy caro para ser una sola línea. Con una red de Metro en la que puedas ir a todas partes sí sería lógico", asegura Jesús, ingeniero informático y vecino de Montequinto. Este mismo usuario se queja de las estrechas dimensiones de la estación de Condequinto y de que los trenes algunas veces se quedarán sólo en cocheras y talleres, sin llegar al barrio nazareno. 

Otros censuraban el hecho de que no haya bancos para sentarse en las estaciones antiguas (las que se recuperaron del Metro de los años setenta), una carencia que Obras Públicas de la Junta justifica en la falta de espacio disponible al ser andenes simples. 

Respecto a la estética de las estaciones, hubo viajeros que criticaron cómo ha quedado la de San Juan Alto, con vallas exteriores nada acordes al diseño general del Metro. Uno de los cien viajeros citados en la estación de San Bernardo, el farmacéutico Pedro, aludía a la ausencia de carteles de dirección con indicaciones sobre los dos extremos de la línea antes de bajar al andén. Mari, de La Algaba, reclamaba una mejor señalización en los escalones de la estación Parque de los Príncipes para la discapacidad visual de su hija.

Según un vigilante, las personas mayores encuentran más dificultades para familiarizarse con los tornos de entrada y salida y con las máquinas expendedoras de billetes. 

El consejero Luis García Garrido destacó ayer que los ciudadanos han calificado con 9,3 puntos sobre diez las instalaciones y funcionamiento del Metro tras el ensayo general . En tres estaciones se hicieron simulacros de evacuación.

Fuente: Diario de Sevilla
Autor: ANA SÁNCHEZ AMENEIRO

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