Noticias de Actualidad del Metro de Sevilla

domingo, 12 de agosto de 2012

Un tranvía en ocre, una niña.


Viajar en el tranvía sevillano es una provocación comprimida, al menos para mi. Usar este transporte siempre lleva a observar historias, pequeñas o grandes, aparejadas al despropósito o a la tierna realidad más absoluta. Siempre animaré su uso frecuente y, evidentemente, su disfrute comunitario pues, por ejemplo, se pueden observar, tranquilamente, sencillas historias entre sus múltiples viajeros. Y eso que sucede delante de un viajero es mejor que ver cualquier 'tele'.
Dado que las historias vienen solas o preparadas...Según mi amigo Jota Ce se pueden provocar encuentros o situaciones, pero yo no participo de esos extraños proyectos, asi pues estos asuntos de 'preparación' no forman parte de mis constructos, comportamientos, o conjeturas racionales.
Entendiendo que las historias vienen solas, y solo hay que disfrutar contemplándolas, las cuento con grafito y su grafeno perdido. Inicio esta historia que me pasó con todo el cariño que puede contemplarse entre una madre y su hija.

La otra tarde al atardecer estaba esperando el tranvia en la parada de la Plaza Nueva. La pantalla de led's del tamaño de guisantes expresasa simple y literal:

SAN BERNARDO 10 MIN

Mientras esperaba tranquilo con mis cascos puestos, llegaba una madre con su niña de un año aproximado. El carro era sencillo, la madre extraordinaria  y la pequeña una sonrisa constante. Tal como se transmiten los sentimientos negativos de esta crisis anunciada, la niña, ajena al mundo adulto y empíricamente estúpido, era felicidad. Una sonrisa siguió a otra, otra sonrisa a un balbuceo o un primitivo cantar, y ese canto a una carantoña de su preciosa madre (que era guapa hasta decir: ¡Basta!). No pude evitar emocionarme, comencé a llorar detrás de mis gafas de sol. Cuando las lágrimas fueron torrente miré hacia otra parte disimulando con todo el disimulo posible.
Mis lagrimas eran redundantes como el disimulo susodicho, la niña sonreia sincera otra vez. Sin poder evitarlo sonreí y lloré, lloré y sonreí otra vez, incluso varias veces...sin piedad, sin excusa, sin límite. Eran las siete y media de una tarde de verano, en Sevilla. No pude dejar de sonreír llorando sin carcajadas cuando solo se escuchaba el gorgoteo de la niña, cuando se respiraba la felicidad unos segundos, cuando el gusano pacífico arribaba a la Plaza Nueva en su cilo de ida y vuelta, vuelta e ida. Subimos al gusano pacífico: la madre y su hija, un aparente policia secreta, una señora mayor y un servidor conectado a su mp3 con música japonesa (seguramente la culpable de este texto). 
Siendo un ser sensible... es un riesgo la empatía exagerada, la perturbación endosada, el goce, el sufrimiento, la triste pena, la vida extraña...y el maldito dolor ajeno.
Cuando estábamos sentados todos quedé, sin quererlo, a unos seis metros frente a la madre, y la madre quedó frente a su hija.  Sin haberlo buscado, o deseado, permanecí a la distancia justa observando muecas, sonidos guturales, movimientos rápidos de manos, guiños, contactos, carantoñas, risas y más risas de la mamá hacia su hija. Estando la madre ocupada y un servidor observando en su ceguera, el tranvia  recorrió su ruta impecable, y pacífico, hasta que en un momento determinado, de esos llamados mágicos, el tranvía paró en Puerta Jerez, bajó el aparente policia, y la luz del atardecer bañó: tranvia, madre, e hija . El volumen del vehículo fue un amarillo de sombras profundas y largiruchas. Todo se tornó profundo amarillo, nada pareció estúpido, todo, el todo, tuvo mucho sentido. El atardecer se adueño del tranvia hasta llegar al Prado de San Sebastián. Esa luz que se marchaba, esa luz que se iba, esa luz que no volvería, es luz que proyectaba sombras gigantescas...Esa luz me encarceló, me cautivó.Aún se me ponen los vellos de punta al recordar ese atardecer monovolumen.
Durante un minuto de luz ocre solo habia juegos de una madre dentro del tranvía, luz de la tarde que se marchaba dentro del largo vehículo, vida infantil y anticipo del final de un día más. La noche tardó poco en llegar. Ver iluminado el monovolumen gigantesco me impresionó. Él solo, el tranvía, permitó grandes sombras amarillas aderezadas por el canto de la pequeña que balbuceaba. Todo un simple ejemplo de un atardecer sevillano bañando la calle de nombre: San Fernado. 
Deberíais probar ese momento de plenitud algún día. Algún día. Cuando os apetecza. Cualquier atardecer que tenga el rio Guadalquivir a la espalda y el Prado de San Sebastian en su frente. Cuando encontreis ese momento, comprendereis esto que he escrito. Llegado ese momento en el lugar, procurad una posición de contraluz, mirad en dirección al rio con el Prado de San Sebastián a vuestra espalda. Contemplad la escena y todo tendrá un sentido. Un sentido romántico de la vida. Orgasmo de atardecer en el tranvía. Placer contemplativo.

lunes, 11 de abril de 2011

Nuevos horarios del metro para Semana Santa y Feria

El Metro de Sevilla iniciará el domingo 17 de abril los servicios especiales previstos con motivo de la Semana Santa, que se prolongarán hasta el sábado 23 de abril. En este periodo, el suburbano ampliará su horario habitual hasta las 2.00 de la madrugada, hora de salida de los últimos trenes desde las estaciones de cabecera de línea (Ciudad Expo y Olivar de Quintos). Por su parte, en la madrugada del Jueves al Viernes Santo se ofrecerá un servicio ininterrumpido, adaptándose así al intenso flujo de desplazamientos que se produce durante estas fechas.

La cobertura del servicio especial de Semana Santa supondrá un incremento de la oferta de plazas del 25% en relación a los periodos ordinarios y la frecuencia de paso de los trenes será de entre cuatro y cinco minutos (la establecida en hora punta) en aquellas franjas horarias en las que se producen más desplazamientos. Metro de Sevilla reforzará también la presencia del personal de atención al viajero (supervisores) y de seguridad en las estaciones con más afluencia.

Para facilitar los desplazamientos en estas fechas de máxima afluencia, se pondrá en marcha una campaña de información a través de prensa, radio y folletos que trasladará a los ciudadanos las principales recomendaciones para el uso del metro, de especial interés para los usuarios no habituales del servicio.
Bajo el lema 'Metro de Sevilla, un viaje cómodo y seguro' esta campaña estará activa durante los Servicios Especiales de Semana Santa y Feria de Abril.

Metro de Sevilla ofrecerá también servicios especiales en la Feria, que comenzarán el sábado 30 de abril con mayor frecuencia de paso de trenes y refuerzo del personal para facilitar los accesos al Real de la Feria durante el fin de semana. Desde el lunes 2 de mayo se ofrecerá servicio ininterrumpido hasta el domingo 8, en el que el metro prolongará el cierre del servicio hasta las 2.00 de la madrugada.

Fuente: Teleprensa

lunes, 8 de marzo de 2010

La bicicleta azul

Espero trasladaros al mundo de la protagonista ficticia de hoy. El mundo de Ana. La joven y nerviosa Ana. Una gran mujer.
Ana es esa típica muchacha andaluza, guapa de pelo negro y largo, que con su carrera recién terminada suele moverse en su propia bicicleta por su ciudad. La bicicleta y ella constituyen una entidad solidaria. Se gustan. Ella pedalea y la bicicleta rueda dándole esa sensación de libertad silenciosa. Una libertad que la lleva donde Anica quiere. Que la lleva a su destino. Ella lo sabe.
En su ajetreo mental lleva rumbo hacia el Parque de los Príncipes. El parque más cercano a la feria de Sevilla de principios del siglo XXI (dicen que cambiarán la ubicación de la feria en unos años). El parque del barrio de los Remedios y de Triana. Yo lo veo así aunque, quizás, no sea así.
Ana, normalmente, frecuenta la zona centro para tomar su café descafeinado caliente. Curioso esto de un café descafeinado; puede parecer que es tomar café sin café. Pero esto es una de las paranoias del que escribe esto y no de Anica.
Ana ha quedado con su querida amiga Lidia para dar una vuelta por el Parque de los Príncipes y, si es posible, practicar algo de malabarismos en algún verde parterre. Algún parterre de grama. Después de los ejercicios piensan, también, tomar algo juntas.No es que Lidia y ella sean animadoras de algún equipo; no, no se trata de eso. Simplemente es la excusa para divertirse un rato y charlar sobre sus vidas; sobre su presente y sobre su futuro. Su momento para compartir sus vidas y sus incidentes mientras manipulan los móviles o toman café. Las amigas, y los amigos, cumplen esa función entre muchas. Los necesitamos para el viaje de la vida. Esta extraña vida que surge siempre delante de toda ciclista. Toda ciclista que rueda hacia delante como Ana. Ella lo sabe.
Por cosas del destino, o de la casualidad, el día soleado muta a gris e, inesperadamente, a nuboso. Una tormenta de agua descentrada y cruel comienza a mojarla mientras aún está a mitad de camino. Una trastada, por no decir otra cosa, cuando se viaja en un vehículo al descubierto. Milagrosa, una boca de metro, de la línea uno, saluda con su letrero verde: Nervión.
- ¡Concho! Si no me hubiese acercado al Nervión Plaza ha comprarme el jersey azul, estaría ya en el Parque. ¡Cachis! (alteración verbal del autor. Se trata de un taco).
Presurosa agarra el cuadro de su bicicleta azul cielo y baja las escaleras de la estación de metro. La estación de Nervión. Toma las escaleras mecánicas hacia abajo. Llega a la plataforma de hormigón final. Las pantallas de led´s indican:
- Ciudad Expo 2 min.
Y al otro lado, en el otro andén, otra pantalla dicta:
- Montequinto 5 min.
Ana y su bici azul reinan durante la espera de su metro. El que tiene que coger para bajarse en Parque de los Príncipes. El que va hacia Ciudad Expo. Ana y su bici azul reinan en el andén. Son las amigas caminante y rodada. Todos los que esperan su metro miran la pareja de cosa y persona. No hay más bicicletas ni hacen falta. Es guapa la bici, en su sencillez, y es guapa Ana en su belleza franca y en su franqueza. Ana y su bici reinan en el andén. Esperan. El metrocentro llega, las puertas antisuicidas se abren ; las del vehículo a su par. Entran. Ana deja su bici pegada a la barra central de acero. La apoya firme y comienza a mirar a las personas que ocupan el lugar. Mira y es mirada mientras la bicicleta sigue en su sitio. El metro se mueve hacia el parque por debajo de Sevilla y de su río Guadalquivir. Las paradas se suceden ligeras. Pasan trémulas. Las paradas se escapan mientras las personas entran y salen. El metro cruza el río, por debajo.La parada de Parque de los Príncipes se acerca. Ana se dispone a orientar su bicicleta para salir. Ana vuelve a intentar orientar su bicicleta para salir. Ana vuelve a intentar, de nuevo, orientar su bicicleta para sacarla. Ana lo intenta otra vez.
- ¡Concho! (grita Ana. -El autor vuelve a modificar la palabra como antes-)
- ¡Pero bueno!
Su empeño es nulo porqué la bicicleta no se menea sujeta a su mástil de metálico acero. Ana pide ayuda a otros viajeros. Nadie puede moverla. Un culturista próximo, soberbio en sus andares y corpulencia, fracasa en su intento. Se hace daño.
- Chiquilla. ¿Que le has hecho a la bici?
- Yo no he hecho nada.
- Son los Gremlins (dice un electrónico que hay por el vagón)
Mientras esto sucede la parada del Parque de los Príncipes pasa. Ana, evidentemente, no se baja. Quiere llevarse su propiedad rodada que no se menea.
-¡Concho! -sin comentarios-.
Desesperada deja la bicicleta y busca la cabina del conductor. Golpea la ventana con prudencia alterada. Golpea otra vez. El conductor se gira y le dice que espere a la próxima parada. Con los ojos le transmite que la ayudará.
El tiempo, para Ana, deja de pasar. El tiempo se queda quieto. Mira su bicicleta que sigue igual. Otro viajero, que ha visto todo el extraño espectáculo, lo intenta para fracasar. Fracasar de nuevo. En la distancia, mientras Ana lo mira, mueve su cabeza en un NO gigantesco. Un nuevo NO acompaña al movimiento de cabeza del último que ha intentado mover la bicicleta. Todos dicen NO con sus cabezas. Ana mira hacia otro lugar, hacia otra parte. Amargada se dice a sí misma:
- #Esto tenía que pasarme a mí y a mi bici nueva. A ver como le explico esto a mi madre #
La parada de Blas Infante llega. Mientras se abren las puertas; la gente sale y entra; el conductor sale de la cabina y le pregunta a nuestra Ana.
- ¿Qué sucede?
- Mi bici no se mueve.
- ¿Cómo?
- Que mi bici no se mueve.
- ¿Eso es imposible?
- ¡Que no se mueve! Se lo digo en serio. Yo no miento. Se lo juro.
El conductor mira a los viajeros que expresan y gritan desde lejos:
- No hay quien meneé esta bici.
- Esta pegada (dice otro usuario).
El tiempo comienza a ser un problema. El conductor expresa a Ana con estrés.
-¿Puede esperar a la última parada de Ciudad Expo? Allí tengo más tiempo. Esta parada ya ha sido demasiado larga.
- Que remedio. Quiero recuperar mi bici.
Se cierran las puertas y el metro inicia de nuevo su movimiento acelerado. Ana, nuestra Ana, se sienta en su desesperación. No se lo cree. No quiere mirar ni la bici a su mástil pegado .Llama a Lidia para pedirle disculpas y para que espere. Lidia, incrédula, la remite hacia el futuro.
- Todo es muy raro. Hablamos luego. Te esperaré haciendo malabares con los móviles y las varas. Hasta ahora.
-Vale. “Dios”.
Ciudad Expo tarda en llegar pero llega. El supervisor de turno, y del turno, se encuentra con el mismo problema que todos. Redacta un informe, solicita el teléfono y otros datos a la dagnificada que se queda, de momento, sin bicicleta. Ana encuentra a Lidia una hora más tarde en el lugar acordado. Toman café y charlan boquiabiertas. No se lo creen aunque Anica no tenga su bici.
Lo gracioso de todo esto es que lo narrado ocurrió hace dos meses y medio. A fecha de hoy, 1 de Marzo del año 2010, el vehículo número trece lleva, en su tercer mástil, una bicicleta pegada. Ningún técnico ha podido despegarla hasta el momento. El metro de Sevilla no puede permitirse paralizar el vehículo por esta fantasmal razón. Los rumores llaman al vehículo en cuestión:
El metro trece
O
El de la bicicleta maldita.
Nadie se cree los rumores hasta que ve la bicicleta pegada a su mástil bruñido. Está igual que hace dos meses y medio. El mástil brilla y la bicicleta también aunque los equipos de limpieza no los tocan por miedo. El metro de Sevilla parece mágico. Mágico y extraño. Está lleno de sorpresas y de almas de objetos en pena. Algunos teóricos lo llaman el metro de Bécquer: "el número trece y su oscura bicicleta". Nadie ha podido entender el fenómeno. Muchos creen aún, a fecha de hoy, que es un bulo. Muchos creen que es una leyenda urbana.
No tengan miedo si se suben al vagón de la bicicleta. No tiemblen. La bicicleta solo quiere estar dentro del metro; pegada a él; susurrándole.

Constantino Carenado.

martes, 6 de octubre de 2009

Defectos de la linea 1 del metro de Sevilla

Según mi opinión estos son los defectos que atañen a la ya operativa línea 1 del metro:

a) La falta de vagones se hace alarmante en épocas como Semana Santa y Feria. Si bien es cierto que el metro se inauguró prácticamente antes de Semana Santa, y que es de esperar que para el año que viene corrijan las deficiencias observadas en el presente año inaugural, la escasez de vagones para estas fechas han dejado en evidencia la gestión de nuestros dirigentes. Si sabían que aparte de esta línea del metro van a abrir otras 3 más no entiendo porque no han hecho esa inversión en vagones, que podrían utilizar en el futuro en esas nuevas líneas y que para fechas puntuales y tan señaladas en Sevilla podrían cubrir la ingente demanda. Yo intente coger el metro esta Feria y lo que había allí era inhumano.
b) Si te pasa que como a mí, en la pasada Feria, ves el metro lleno de gente y decides utilizar otro medio de transporte te van a cobrar igualmente aunque salgas en la misma estación en la que has entrado. Es muy fácil controlar esto, pero de momento se ve que no les interesa mejorar el sistema.
c) Si lo que se quiere es dar servicio al ciudadano justo antes de entrar y picar en la estación de metro debería haber algún cacharro de estos que te avisan de la hora a la que llega el siguiente tren a esa parada, pero claro esto choca con el afán recaudatorio del sistema, que prefiere que primero pagues y luego te informes del horario del siguiente tren.
d) Precisamente el tiempo que aparece en estos cacharros una vez que estás en la estación varia como le dá la gana y eso es lamentable porque ya han tenido tiempo suficiente para calibrar cuánto tarda un tren de una parada a otra.
e) No es el primer metro en el que me monto. He estado en Berlín, Estocolomo, Praga, Madrid, Barcelona, Valencia… Nunca he visto un metro con unas curvas tan pronunciadas como las tiene este, lo que en toda lógica afecta a la velocidad del mismo.
f) El horario del metro me parece demasiado reducido. Desde mi punto de vista en fines de semana debería cerrar a las 4 de la mañana por lo menos. Sé que a lo mejor no es un servicio rentable desde un punto de vista puramente económico, pero si un servicio social necesario que evitaría que la gente conduzca con unas copitas de más.

Estas son solo algunas de las críticas que se me ocurren sobre esta línea del metro. Seguro que vosotros teneis muchas más que me gustaría que fuerais incluyendo en este post.

domingo, 13 de septiembre de 2009

La estación de Puerta de Jerez entra en servicio

Puerta Jerez se convertirá en el segundo intercambiador modal de la Línea 1 de Metro de Sevilla, junto a la estación de San Bernardo.

La estación Puerta Jerez, centro neurálgico de la Línea 1 del Metro de Sevilla, entrará en servicio el próximo miércoles 16 de septiembre, día en el que el entorno del Paseo de Cristina quedará despejado una vez finalizadas las obras de reurbanización.

Según un comunicado de la consejeria de Obras Públicas y Transportes, dicha reurbanización se ha ejecutado de acuerdo con el diseño consensuado entre Ferrocarriles de la Junta de Andalucía y la Gerencia Municipal de Urbanismo de Sevilla e incorpora también las sugerencias de las asociaciones vecinales y comunidades de propietarios del entorno.

Puerta Jerez se convertirá en el segundo intercambiador modal de la Línea 1 de Metro de Sevilla, junto a la estación de San Bernardo, al confluir en la zona la estación de metro y las paradas del Tranvía (Metrocentro), autobuses urbanos, metropolitanos y del servicio público de bicicletas.

Con la puesta en servicio de la estación Puerta Jerez, los usuarios del ferrocarril metropolitano, cuyo trazado discurre por Mairena del Aljarafe, San Juan de Aznalfarache, Sevilla y Dos Hermanas, podrán acceder al centro histórico y comercial de la capital andaluza "en unos tiempos de viaje muy competitivos frente al vehículo privado", señala el comunicado.

Por otra parte, Puerta Jerez también jugarán un papel de centralidad en la atención a los usuarios del Metro, pues albergará en su vestíbulo principal las oficinas de información del Consorcio de Transportes de Sevilla y Metro de Sevilla, así como una oficina de la Policía Nacional.

En paralelo a la apertura de la estación Puerta Jerez, quedará concluida la obra civil y la reurbanización en superficie del trazado del Metro en Montequinto, al objeto de que a finales del presente mes se inicien las pruebas de circulación de trenes entre las estaciones de Condequinto y Olivar de Quintos para su entrada en servicio en noviembre, señala la consejería.

Fuente: Diario de Sevilla