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domingo, 3 de mayo de 2009

En el banquillo: Un metro de feria

Colas, parones, retrasos, estrecheces y records de viajeros son los hitos del Metro sevillano protagonizados durante los días de Feria 

Cargo
Se acusa a Ferrocarriles Andaluces y a la consejería de Obras Públicas de inaugurar un Metro absolutamente de Feria, una atracción más de la misma que por sus continuos desajustes horarios y reducida capacidad ha superado la paciencia de los usuarios.

Fiscal
Sentenció el alcalde, con esa visión bíblica que tiene para las profecías políticas, que esta Feria sería la del Metro. Y una vez más acertó. Acertó no en las dimensiones optimistas con las que se aventuraba a colocarse en las listas interminables de profetas de ocasión, sino en la medida de que, efectivamente, esta ha sido la Feria del Metro. Pero la del Metro de los atrasos, estrecheces, parones y chapuzas al uso. Sí, señores del jurado, esta Feria ha sido la del Metro. La del Metro que Sevilla se llevó esperando treinta años y que en la primera Feria de su vida ha defraudado a tantos y tantos usuarios como pusieron en él todas las esperanzas de ese sueño imposible llamado en Sevilla movilidad.

El Metro se mueve. Cuando le da la gana. Porque durante toda la Feria, en las casetas, el clamor entre los que vieron en este transporte la solución a sus desesperadazas inconexiones metropolitanas, ha sido esa: la insoportable frustración de un deseado y esperado sueño. Los comentarios, visiblemente afectados, eran de este tono: el Metro nos ha hecho esperar más de una hora. O el Metro pasaba de largo de la estación donde queríamos cogerlo. O en el Metro no se cabe. O es el Metro más caro del mundo y el más informal del universo. La gente esperaba un Metro. Y no una atracción de Feria como el grupo «Trianeando» lo ha calcado en una de sus sevillanas de la crisis. Esto no es un Metro señores del jurado. Esto es una bacalá de dimensiones propias de la segunda modernización juntera con la que, una vez más, se ha engañado a Sevilla.

Si tienen alguna duda sobre lo que este fiscal sostiene, será porque su conocimiento de la realidad es parcial o, en su defecto, engrosa usted las filas de los que se sienten inquebrantablemente adheridos a las profecías del alcalde. O, quizás, de los que valoran con extremada melancolía las atracciones feriales. Tenemos un Metro que ni es Metro ni es tranvía ni es ná de ná. Tenemos un cacharrito que se llena con dos colas extras y que, además, te pega unos plantones que aspiran a pasar a la Historia. Es Historia el plantón de Hendaya. Pues no quiero contarles cómo han sido los plantones a los usuarios en las estaciones de la Gran Plaza, Nervión, San Bernardo y el Prado. Pido desde aquí la condena de los responsables de tan inmerecida chapuza para Sevilla.

Defensa
¿Chapuza dice usted, señor Fiscal? ¿Se atreve a calificar de chapuza a un hito del transporte público que ha sido posible gracias al esfuerzo de la Consejería de Obras Públicas? Usted no es justo, señor fiscal. Usted hace juicios de valor guiados exclusivamente por una indesmayable aversión a los logros del socialismo andaluz. Es usted un irreprimible envidioso.

Envidia le da que haya sido el PSOE andaluz el responsable de este esfuerzo para mejorar la movilidad en Sevilla. Envidia le da que sea un partido progresista el firmante de una obra que ha sido posible solo y exclusivamente por la firme decisión del gobierno andaluz. Tenga claro, señor fiscal, que si no es por la Junta Sevilla no tiene ni este Metro ni otro. Se ponga usted como quiera ponerse.

Miren ustedes, señores del jurado, el Metro sevillano sufre las consecuencias de circunstancias eventuales como son los días masivos de Feria. Y es cierto que se han producido desajustes en horarios y un uso sobredimensionado de sus prestaciones. Pero eso no lo invalida como trasporte público que va a mejorar la vida de los sevillanos.

Es absolutamente falso que el Metro haya nacido pequeño. Que el Metro haya sido estrenado con las mangas cortas. Eso es una falacia propagada no por la gente llana en las casetas, como a usted le gustaría que fuera realmente. Sino por los voceros de la envidia, por los voceros mediáticos de los que sueñan con una Sevilla en otras manos. En esas manos que nunca hicieron nada por la ciudad. El Metro no es una atracción de Fería. Y lo que ha puesto de moda «Trianeando» en sus sevillanas de la crisis no deja de ser una caricatura humorística a la que tan sensible es la guasa sevillana. El Metro es una realidad espléndida.

Señores del jurado, para mí, este caso sobra. No existe caso alguno. Tan solo en la mente del fiscal, tan viciada por su tendencia política. No pido la exculpación de los acusados porque pienso que un Metro como el sevillano no puede ser sentado en ningún banquillo, so pena de creer en un mundo al revés, en un mundo donde la sed se calma por polvorones. Celebró con Sevilla el disfrute del Metro cuyas cifras de uso son un record absoluto que refrenda su tremenda acogida entre los sevillanos.

Sentencia 
Este tribunal condena a los responsables del Metro a entrar todos los días en la consejería de Obras Públicas cantando las sevillanas de la crisis y dejando el coche oficial para viajar en tan magnífico transporte que tiene desengañado a media Sevilla. Si son capaces de aguantar los plantones que han sufrido los usuarios puede que hasta le demos un bono especial para que disfruten de esta atracción de Feria.

Autor: J. FÉLIX MACHUCA 
Fuente: ABC

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